La economía nos está haciendo vivir tiempos inciertos. Las nuevas tecnologías han modificado terriblemente los hábitos de consumo y la forma de interactuar de los individuos. Debemos reaccionar ante esta situación y trabajar ahora más que nunca por lograr una buena imagen de marca para nuestros productos y servicios.
Foros, blogs, redes sociales, páginas web, buscadores… el usuario cuenta con un sinfín de posibilidades para informarse acerca de un producto o servicio. Desde hace unos años el papel del consumidor ha dejado de ser el de un agente pasivo, que recibe los inputs que las empresas queremos darle, a ser un agente activo que busca, investiga y contrasta antes de tomar una decisión de compra. Es él quién decide qué quiere y cómo lo quiere. Además, dentro de una misma categoría encontramos muchas referencias de características muy similares. Ya no basta con tener un buen producto para que el consumidor nos elija, la preferencia del consumidor hacia uno u otro producto o servicio tiene más que ver con la afinidad que tiene con lo que representa la marca y con lo que imagina que son sus usuarios que con las prestaciones o funcionalidad reales.
Por otro lado, corren tiempos difíciles para la economía y como consumidores buscamos una compra al menor coste posible y de ahí el auge de las marcas blancas. Ante dos productos de la misma categoría con características similares, si no percibimos ninguna diferencia que nos aporte valor, obviamente nos decantaremos por el más barato.
¿Y como conseguir esa diferenciación que aporte valor a nuestro producto o servicio? Aquí es donde entra en juego la metodología del branding.
El branding o gestión de la marca es una estrategia al alcance de cualquier empresa y necesaria sea cual sea el sector en el que opera. Su objetivo es poner en valor lo que hay de distintivo en la identidad de la empresa para potenciar su competitividad. La gestión de la marca es constante, dejarla de lado por motivos puntuales puede echar a perder el esfuerzo de muchos años y devaluar nuestra imagen.
El branding se sirve de la creatividad, el diseño y la comunicación para dotar a cada empresa de una marca con una personalidad concreta y única. Si nuestro usuario percibe que aportamos algo diferente y de interés para él pasaremos a estar en su lista de favoritos y su sensibilidad al precio será menor. Todos sabemos que estamos dispuestos a pagar algo más a cambio de sentirnos más confiados y a gusto con lo que compramos.
Aunque en estos momentos nos veamos tentados de recortar de todos los presupuestos para capear el temporal, la comunicación y la imagen de marca es una inversión que nos ayudará a garantizar el futuro.